lunes, 21 de septiembre de 2009

Almacen de almas.

Antes de nacer, así como todos nosotros lo hicimos, aunque muchos no lo recuerden (por no decir casi todos, me considero probablemente la única excepción), mi alma vacía fue al almacén de las almas a comprar el contenido de la futura personalidad. La forma de ser que tendrá mi persona en vida.
Este almacén, se encuentra a la vuelta de la entrada al paraíso. De hecho justo al lado del escritorio de San Pedro hay un cartel que reza “esta es la entrada al paraíso, exclusiva para aquellas almas que mereciéndolo vienen a descansar luego de vivir su respectiva vida. Para las almas por nacer siga las indicaciones visuales” y junto a este cartel comenzaban a aparecer algunas flechas flotando mágicamente en el aíre, las cuales indicaban el camino al mencionado almacén.
Primero, para llegar tuve que demostrar agilidad y paciencia para evitar a todas las almas haciendo fila para entrar al cielo.
Una vez ahí caí en la cuenta que las características que se podían seleccionar para almas/personas se vendían por separado (duro, trabajador, cariñoso, fiel, amoroso, rencoroso, vengativo, etc.) o en combos.
Esto, tenía un razón lógica que paso a explicar: El sistema de compra se efectuaba por créditos, las buenas características eran deseadas por todas las almas por nacer, y por ser codiciadas eran muy costosas, las malas, de hecho sumaban créditos, dando la posibilidad de gastar aún más en las buenas características, pero nadie en verdad las deseaba; todas las almas comenzaban con un crédito de cien puntos a favor, por lo que uno podría llegar a pensar que era muy difícil terminar siendo una mala persona en vida, aunque en realidad, las malas decisiones se toman en todos lados, incluso a las puertas del paraíso mismo. Así por ejemplo, ser generoso costaba veinticinco créditos, ser tacaño otorgaba veinte, ser fiel o leal tenia un precio de veintidós créditos y lo opuesto daba diecisiete a favor y de ésta manera con todas las posibles características que podemos llegar a reconocerle a una persona.
Como usted podrá haber llegado a darse cuenta, para terminar siendo poseedor de un alma en general completa era necesario adquirir buenas características así como algunas malas.
Aquellas almas por nacer más “avispadas” tomaban su tiempo para adquirir estos rasgos de forma balanceada; sin embargo también llegaban allí otro tipo de futuras almas, algunas que de por sí estaban apresuradas por llegar a la vida y compraban sin meditar demasiado.
De ellas se aprovechaban los vendedores, los cuales en su mayoría eran ángeles, aunque entre ellos, paradójicamente, siempre se filtraba algún demonio, que tentaba a estas almas apresuradas a comprar sus combos de oferta. Estos demonios, incluso, solían ser los mejores en su trabajo, eran taimados y hábiles con la palabra, por lo que no les costaba demasiado a ellos lograr que alguna de estas almas por nacer cayeran en su juego.
"Comprando un poco de ironía le damos de regalo una bolsita llena de sarcasmos" escuché decir a uno. “Están a precio de descuento comprando este combo espectacular, está en promoción solo por hoy”. Mientras lo decía una expresión diabólica se dibujó en su rostro, pero, aún así, realicé la compra. ¿Habré sido un consumista incluso antes de comprar dicha característica? Es difícil de decir, eso querría decir que en realidad no somos nosotros los que realizamos esa elección en primera instancia sino que desde un comienzo fuimos creados “de cierta forma”, y en ese momento único tenemos oportunidad invaluable de realizar un cambio a elección.
De todas formas, mirando mi vida y como soy, no creo haber realizado un mal negocio.

lunes, 7 de septiembre de 2009

El fin.(Última parte del cuento posteado anteriormente).

Observo a ese hombre ya derrotado tirado frente a mí, tembloroso, preso del pánico. Luego de saborear el momento por un rato decido darle fin de una vez, me arrimo con lentitud, midiendo mis pasos, presionando el puño que sostiene el cuchillo. Con torpes movimientos intenta darse a la fuga, gateando de espaldas con desesperación, dejando en el piso la marca de su hedor, un hedor digno de un puerco, un puerco que conoce su inevitable fin, y sangre… esa sangre.
Me acerco sin apartar nunca la vista de sus ojos, intento no prestar atención a las rojas manchas en el piso, las cuales producen una fuerte consternación en mi, consternación e ira. Siento una repentina presión en el pecho y una incontenible lágrima, producto de intensas y diversas emociones recorre mi mejilla derecha.
“Ha llegado tu hora, ha llegado tu hora. Pagarás por lo que has hecho.”
El sigue arrastrándose hacia atrás, pero a paso firme logro acercarme, comienzo a inclinarme sobre el y preparo la estocada. Esta acabado.
Un sorpresivo sonido llama mi atención, pequeños pasos presurosos se aproximan por el pasillo y una voz fina me llama “papi, papi, ¿Dónde estas?”, pude sentir el temblor en su llamado. Los ruidos deben haberla despertado. “¿Y ahora que? ¿Conocerá ya mi pequeño ángel la suerte que corrió su madre en manos de este cerdo? ¿Cómo puede alguien así tan solo tomar una vida sin un fuerte motivo? El no poseía uno como el mío”.
Todas estas ideas recorrían mi cabeza en ese instante, distrayéndome y provocandome voltear. “¡Vuelve ya a tu cuarto mi vida!, papi esta bien”.
Un fuerte dolor sacude mi pierna. El impacto provoca mi caía, y con una rodilla al piso vuelvo la mirada y puedo ver a esa mierda de persona sujetando una escoba. La ira dentro de mí se acrecienta y lo miro con rabia mientras vuelvo a levantar mi puño armado pero otro rápido envión impacta mi rostro y me desplomo. Giro adolorido sobre mi espalda e intento levantarme, ya no se donde esta el cuchillo y por el rabillo del ojo puedo ver a mi niña parada aterrorizada, sujeta al marco de la puerta. El sujeto se me pone encima y me sujeta con su peso contra el piso, fuertes golpes comienzan a llegar a mi cara, una y otra vez con fuerza. La sangre que sale de mi frente me ciega y ya solo percibo el lloriqueo de mi ángel.
“Las cosas no deberían haber pasado de esta manera. ¿Y ahora que será también de mi hermosa niña indefensa? Fui incapaz de proteger a mis amores, mis más preciados obsequios de la vida, un terrible error, un horroroso pecado.”
Un golpe tras otro y con fuerza, siguen llegando e intento cubrirme como puedo pero ya no me quedan fuerzas. Ya casi no siento dolor, no me percato de él. Al segundo deja de golpearme, pero no parece haber terminado allí.
Estoy al borde de la inconciencia, pero aún así noto que esta persona, si es que así puedo llamar a tal cosa, que hace un rato paso de ser mi presa a ser mi predador, se inclina y recoge algo del piso. Vuelve a tumbarse sobre mi y una sensación fría se posa en mi pecho, primero fría, luego punzante, muy dolorosa. El cuchillo entra lentamente en mi carne y ya no hay nada que pueda hacer. “Dios por favor protege a mi niña, protege a mi niña…”

viernes, 7 de agosto de 2009

Llego su hora (Al otro lado de la puerta - continuación del cuento posteado anteriormente).

“Casi te tengo, estás acorralado, no tienes escape. Al primer traspié serás mío”. Ya no tiene caso que se oculte, que intente seguir huyendo, pero aún así lo comprendo, es natural luchar por la propia supervivencia, incluso cuando es sabido un final inevitable; puesto que lo es, sobre eso no tengo dudas. No hay forma de que logre escapar. No tiene salida, ya esta todo decidido, solo que no puede asumirlo.
Lo vi entrar en la habitación al final del pasillo. Me acerco con cuidado. Es preferible darle alguna esperanza de escape. De esa manera si intenta huir no me resultará difícil enterrarle el acero en su pecho.
Ahora que estoy más cerca de la puerta puedo por momentos escucharlo respirar. Tiene miedo. Tiene razones para temer. Está acabado, es su fin.
Me cuesta contener mi emoción, ya casi puedo saborear el momento en que sienta el calor de su sangre en mis manos. No existe parangón para la excitación que produce darle fin a una vida, es extraordinaria la sensación de poder, tanto que no puedo evitar que los músculos de mi espalda se contraigan por la satisfacción, casi orgásmica, y esto provoca que dé un pequeño traspié, haciendo crujir el piso de madera.
De todas maneras no importa, no logrará escapar de mí. “Voy a intentar escuchar que sucede del otro lado”. Apoyo mi oído derecho contra la puerta, puedo sentir pequeños roces contra esta. “Debe estar apoyado del otro lado, para intentar mantenerme fuera, pobre tonto”. Lo siento tan cerca que me relamo de placer, casi no puedo esperar.
Me inclino hacia atrás un paso y pateo con fuerza la puerta, pero no se abre. “No tiene sentido que vuelta a intentarlo, no creo lograr derribarla mientras él esté ahí haciendo fuerza, desviviéndose por eludirme”.
Pocos segundos después escucho un leve movimiento y decido espiar por la rendija. Nada al principio, pero luego puedo ver apenas que algo se mueve en la oscuridad y una idea asalta mi mente, que él también esta observando del otro lado, y mi paladar se humedece.
“Que belleza es dar rienda suelta al más bajo instinto animal y poder acechar en la noche, como un lobo a su presa, y darle caza con tenacidad.”
Un movimiento brusco del otro lado y un golpe contra el piso. Una torpeza, es la oportunidad que estaba buscando. Me inclino nuevamente hacia atrás y con todas mis fuerzas vuelvo a patear la vieja puerta de madera. Se abre con fuerza dando un latigazo y produciendo un sonido seco.
Ahora puedo ver al desgraciado tendido frente a mí, su sudor brilla en la oscuridad y su cara, bueno… su cara guarda una expresión que eh visto ya muchas veces antes y que nunca falla en producirme tanto placer.
Aprieto fuerte el puño que sostiene el cuchillo. Es mío… es mío para hacer con él lo que me plazca.

sábado, 1 de agosto de 2009

¿Llego mi hora?

Puedo sentirlo cerca, oculto entre el silencio y la oscuridad de la habitación contigua. Se mueve con mucho sigilo, pero aún así no me es difícil percibir su presencia, casi puedo escuchar su respiración pausada cuando contengo la mía propia, con dificultad, por la mayor cantidad de tiempo posible y pego el oído a la puerta, luego me alejo de ésta con cautela y mis pulmones vuelven a trabajar a ritmo acelerado. Los latidos de mi corazón golpean con dureza el interior de mi pecho y retumban en mi cabeza. Trato de pensar con claridad, en busca de una vía de escape.
Miro hacia la ventana en el extremo opuesto de la habitación y pienso en correr hasta ella, pero temo sacar mi peso de la puerta, puede que sea lo que él esta esperando para entrar; que su camino quede libre de obstáculos. Además la ventana puede no ser de mucha ayuda, estoy en un primer piso, puede que dé al vacío, una caída de unos tres metros y medio; no es tanto, pero si es probable que me lastime al caer y sería entonces una presa fácil para mi perseguidor. Aún así, miro a mi alrededor en busca de algún objeto que me posibilite trancar la puerta y me de tiempo, para así poder, tal vez, acomodarme mejor saliendo por la ventana y reducir los riesgos de salir herido al lanzarme. Alcanzo a ver una vieja silla de madera, que apenas logro percibir entre las tinieblas del cuarto, parece ser el elemento idóneo, pero parece estar lejos, muy lejos, y correr hasta ella y volver puede incluso demandarme el mismo tiempo que colgarme del borde exterior de la ventana y saltar. Escucho el crujir del parqué detrás de la puerta y el sudor corre por mi frente como nunca antes. Mis pupilas dilatadas ya se han acostumbrado a la falta de luz y puedo ver un poco mejor el cuarto, distingo trapos, escobas, toallas y otros elementos. Esto debe ser alguna especie de depósito, desafortunadamente no llego a ver nada de utilidad a mano. Una escoba sería un elemento fútil para defenderme de quien me acecha.
En tanto, mis oídos se agudizaron y captaron entre todo el silencio un roce contra la otra cara opuesta de la puerta donde me hayo recostado.
Él debe estar encima, oyendo con atención hacia mi lado, así como yo lo hago hacia el suyo. Puedo imaginar el filo de su cuchillo y un escalofrío recorre mi espalda. ¿Será este mi fin?
Un duro golpe contra la puerta me sacude y me llena de pavor, pienso que se habrá decidido a intentar tumbar la puerta y me recuesto con todas mis fuerzas contra esta, pero no se vuelve a sentir otro golpe. De momento, vuelve a reinar el silencio. Tomo un poco de coraje y decido espiar por la rendija de la cerradura; eso sí, siempre presionando como pueda contra la puerta. Oscuridad. Permanezco así unos instantes, intentando percibir algo. Movimiento, algo se aleja de la cerradura con lentitud y un temor incontenible me hiela al instante al darme cuenta que no era el único mirando por la cerradura. Reacciono impulsiva y torpemente, y con un tropiezo caigo lejos de la puerta, y ya no hay nada bloqueando su camino.
Un fuerte impacto corta el silencio y la puerta se abre con fuerza, esparciendo pequeños pedazos de madera en todas direcciones, está ahora abierta de par en par y deja ver una figura esbelta parada tras ella. Parece que esta todo decidido.

domingo, 26 de julio de 2009

Paso a paso

Estoy aquí, sentado con cuaderno y birome en mano y con deseos de escribir, con suerte, algo que a alguien, aunque sea mínimamente, le resulte conmovedor. Pero, sin embargo, no hallo ideas en mi mente para lograrlo, por lo que decidí simplemente comenzar, más bien sin rumbo fijo y ver hacia donde me lleva el trazo.
Me encuentro en el living de mi casa y puedo observar la calle desde el ventanal, es una mañana fría y el movimiento afuera, siendo hoy domingo, es escaso.
Afuera veo pasar con velocidad los autos y, cada tanto, a unas pocas (muy pocas) personas transitar la vereda de enfrente.
Entre ellas puedo ver ahora a una joven, abrigada de tal forma que la ropa de seguro no le permite moverse con normalidad. Lleva un gorro de lana negro y sus manos metidas con fuerza dentro de los bolsillos de su campera, casi como buscando un segundo fondo.
Me pregunto que la llevaría a salir de su casa en una mañana como esta. Su forma de caminar no lleva prisa, y su rostro, que a penas se deja ver bajo una bufanda roja, se percibe problemático; lo delatan sus ojos, su ceño arrugado, y entre ambos conforman una mirada tensa; una mirada que aunque de seguro cierra para esta joven su percepción de lo que acontece a su alrededor, siendo esto tan irónico como posiblemente pueda llegar a serlo la más grande de las ironías, me permite a mí, un mero observador ver a través de esta, percibir su congoja, y especular en mi cabeza sobre las posibles causas de su malestar.
¿Tendrá acaso problemas en su hogar? De esta manera puede que salir a caminar sea una forma de alejarse de estos, tomar distancia de aquello que la afecta.
¿Dinero tal vez? No lo creo, personalmente cuando es el dinero lo que me preocupa medito mejor sobre este problema sentado con tranquilidad, justamente, en mi hogar, el cual me otorga más seguridad, y por lo tanto, me reconforta. Dicho esto, no creo ser tan diferente al resto del mundo, por lo que, en consiguiente, dudo que sea el dinero lo que preocupa a esta joven.
¿Amor? Los males de amores abundan, y son por lo general los que más aquejan a los de su edad (la cual calculo ronda entre los dieciocho y los veinte años). Seguramente es eso. ¿Se habrá peleado o separado de su pareja? ¿Será el cruel sentimiento de la soledad? Muchas veces podemos llegar a tener, en un mal día, el deseo masoquista de sentirnos aún peor de lo que ya nos sentimos.
Pensar y pensar sobre nuestro mal, acompañados por una fría y desolada mañana de domingo puede lograr a cumplir este deseo con creces.
Apenas puedo verla ahora alejándose, ya no puedo ver su cara, pero la recuerdo bien (al menos lo que pude ver de ésta), y ella se mueve todavía con la misma lentitud y rigidez que cuando paso frente a mí.
Con todo, y luego de haberle dedicado estos segundos de pensamiento sin que ella siquiera lo sepa, solo espero que cualquiera fuera su problema, lo vaya dejando detrás de si, paso a paso.

domingo, 21 de junio de 2009

Un pequeño paseo

Esta tarde sentí repentinas ganas de salir a dar un paseo. Pensé en caminar en dirección hacia el centro de la ciudad, como tantas veces antes supe hacerlo; de hecho es casi un hábito cada vez que pretendo usar un tiempo para pensar sin permanecer encerrado a oscuras en mi habitación como si fuera una especie de ermitaño. Me levante de mi sillón, cambie mi calzado, tomé un abrigo y salí con prontitud sin olvidarme de llevar conmigo mi reproductor de mp3 con algo de música para escuchar en los momentos que mi mente se dignara a tomar un pequeño descanso. Comencé a caminar con paso firme por calle Córdoba, sin prestar demasiada atención al mundo que me rodeaba, como si estuviera ausente. Traté de pensar en cosas agradable y así distraerme de los problemas. Pensé en el fin de semana por venir, donde iría y con quien; en reunirme con amigos y jugar algún partido de futbol; pensé en ella y me sentí desgraciado, me concentré en la música, y el ritmo del Jazz produjo que se me escapara una pequeña sonrisa; cavilé un momento y me imaginé de pronto yéndome de vacaciones en el verano, aún lejano. Cuando al fin parecí notar el mundo que me rodeaba me dí cuenta que ya estaba cerca del centro y apuré un poco el paso como si me encontrara cumpliendo alguna especie de misión urgente. Al pasar frente a las puertas de un centro comercial tuve que efectuar maniobras evasivas para evitar chocar contra la gente que entraba y salía, en ese momento recordé que era viernes a la tarde y que las calles peatonales iban a estar repletas, aún así decidí seguir adelante, al fin de cuentas no me dirigía a ningún lado en particular a encontrar a alguien en medio de aquel gentío ni a hacer filas en cualquier local. Pasé de largo una canción que me aburría mientras entraba a la peatonal, mis ojos se clavaron en una mujer bella que devolvió la mirada, sonreí, sonrió, pero no reaccioné a tiempo y el momento para hacer algo pasó de largo junto con ella; igualmente no me sentía con ánimos. Llegué hasta una reconocida disquería y me tome unos momentos para observar la vidriera y ver si existía en la misma algo que me interesara; entre al local buscando nada en especial y comencé a pasar los discos de las bateas, esta canción me gusta mucho y subí el volumen, recordé a la mujer bella, sus ojos, pasé más discos; volví a pensar en ella, esta vez con melancolía, y en mi rostro se dibujo una pequeña sonrisa, y al momento, una vez más, volví a sentirme desgraciado. Me dí cuenta en ese momento que no importaba que tan lejos caminara o que tanto intentara distraerme, algunos pensamientos están ahí para acecharnos como un cazador acecha a su presa. Decidí volver a casa.

martes, 2 de junio de 2009

Comunidades

La letra del día:

“In the lonely night
In the blinking stardust of a pale blue light
You're comin' thru to me in black and white
When we were made of dreams.

You're blowing down the shaky street,
You're hearing my heart beat
In the record breaking heat
Where we were born in time.”
(Born In Time – Bob Dylan)

Una frase:

“La música nació libre y su destino es conquistar la libertad” (Ferruccio Busoni)

[info sobre Busoni: http://es.wikipedia.org/wiki/Ferruccio_Busoni]


¿Por qué dedicarse a la música? Vienen a mi mente muchas posibles razones. Fama, o en menor medida cierta popularidad, dinero, diversión, sentirse… “especial”, tal vez un impulso desenfrenado de creatividad, “una válvula de escape” o la necesidad de expresarse. Estas razones existen entre muchas otras y cada uno juzgará cuales son válidas (quizás todas ellas), o si alguna es mejor a la otra. Así también, cada músico en su interior sabe porque se dedica a la música, por más que dicha razón pueda no ser la que él diga si alguien le preguntara, ¿no es así? Y, aunque alguna persona en algún momento tome el suficiente interés como para realizarle a un guitarrista (por dar un ejemplo solamente) tal interrogante me atrevo a decir que en los tiempos actuales ya podría adivinarle la respuesta y, tal vez, también la que debería haber recibido en verdad.

Es igualmente factible hasta cierto punto intuir la personalidad de algún posible interlocutor sabiendo el tipo de música del que gusta. Este no es un método %100 infalible para saber con quien hablamos, pero nos entrega una buena pista.

No esta de más admitir que muchas veces los gustos musicales se nos presentan en etapas. Todo seguidor del rock (arriesgo al decir “todo”) a pasado alguna vez por la fase Punk, la cual generalmente se presenta en la adolescencia a causa de la incontenible revolución hormonal, tal vez por la idea de que gritando más y mucho llamaremos la atención de aquella joven que nos gusta, un plan que en ocasiones… puede no llegar a funcionar como habíamos previsto. Personalmente eh pasado por esta etapa, lamentablemente en ese entonces todavía no era músico, por lo que gritaba solo para mí. No esta de más aclarar que lo anteriormente expuesto no es una crítica al género Punk ni mucho menos, debo admitir que aún hoy disfruto eventualmente de un “Anarky in the UK”. No se podrían contabilizar la cantidad de casos en los que, por ejemplo, un individuo rockero a sido encontrado entonando “Satisfaction” de Rolling Stones tan solo días después de que la gente lo viera caminar por la calle con una remera de Sex Pistols y canturreando “I wanna be sedated” de Ramones; o en otro caso, que un individuo similar al anterior enarbole la bandera del Heavy Metal y visto escuchando a escondidas alguna canción tropical.

Dejando vislumbrar mi punto antes de terminar, hoy en día encontramos decenas de comunidades diferentes a nivel musical, desde los anteriormente nombrados punk, los metaleros y rollingas y pasando por otros como los rastas (seguidores del reggae para aquellos despistados), emos, góticos y pudiendo llegar a nombrar muchas otras; todos los miembros de dichas comunidades se esmeran por ser una fiel representación la misma, tanto por el material que dejan llegar a sus oídos como por su forma de vestir y hablar a los ojos de los demás, sea por el motivo que fuere… ahora me pregunto… ¿no sería mejor que todos perezcamos a una sola gran comunidad de audiofilos?. Reflexionándolo un poco este es un pensamiento utópico y hasta algo descabellado. Una comunidad con dicha característica sería, además de muy rica musicalmente, monocromática, y por lo tanto en cierta forma aburrida dado que todos probablemente sabríamos lo mismo y gustaríamos de todo “lo bueno”, dejando a un lado las posibles diferencias que existen hoy en día.

Ahora que lo pienso no creo haber logrado llegar a ninguna conclusión al respecto.

viernes, 8 de mayo de 2009

Heaven & Hell

La Letra del día:

“Go to the wind, though the wind wont help you fly at all
Your backs to the wall
Then chase the sun, and it tears away and it breaks you as you run,
You run, you run!

So live for today
Tomorrow never comes

Die young, young!
Die young, die young!”

(Die Young – Black Sabbath)



Heaven & Hell


Como algunos sabrán, ayer 7 de mayo se podría llegar a marcar como una fecha histórica en el calendario rockero. Esto se debe a la visita a nuestro país de Heaven and Hell (lo que, como todos nosotros sabemos no es nada más ni nada menos que Black Sabbath era Dio) en una gira de promoción de su ultimo disco “The Devil You Know”, que a mi gusto es excelente. Se estuvieron presentando en el Luna Park luego de que O’Connor hiciera su presentación como banda soporte de la noche (muy buen trabajo por cierto el de ellos).

¿Que se puede decir del show de anoche? la actuación de H&H se prolongo a lo largo de una hora y media, comenzando puntualmente 21.00hs, puntualidad a la que, debo decir, nosotros los argentinos no estamos acostumbrados. Comenzó a sonar la intro “E5150” delante de una escenografía mezcla entre antiguo y moderno (ver fotos) hasta que la banda entró a escena furiosamente con “The Mob Rules” y dio la impresión que el predio del Luna se iba a caer a pedazos. Luego del excitante comienzo decidieron poner en pausa a la gente en el pogo con la hermosa “Children Of The Sea”, que como bien relataría Ronnie James Dio (el vocalista de la banda… para los despistados) fue el primer tema compuestos por ellos en su historia juntos. Después llego la actitudinal y arrasadora “I”, la cual a mi entender, es una especie de himno al poder del héroe o antihéroe (cada uno elija a su gusto) interno que cada uno lleva a dentro. La siguió “Bible Black”, el primer tema de la noche sacado de su último lanzamiento, un tema que siendo fiel al mejor estilo Sabbath (ó Heaven and Hell para los exquisitos) comienza con suavidad para luego convertirse en atronador. Llego el turno de “Time Machine”, correcto representante del álbum Dehumanizer, una genial elección que vino proseguida por un solo de batería de Vinnie Appice. Volviendo a su último disco se despacharon con “Fear”, un tema con un poder que como bien indica su propio nombre, mete miedo. La siguiente fue “Falling Of The Edge Of The World”, la segunda (pero no última) canción extraída del álbum “Mob Rules”, que sería luego seguida por la espléndida “Follow The Tears” de su último CD. A continuación llegaría el momento para “Die Young”, poco que decir sobre este tema a excepción de que es uno de mis favoritos, y que cada vez que llegaba la parte del tema que le da el nombre, mis oídos quedaban al borde un trauma gracias a los gritos del publico, tremendo poder sacado del álbum homónimo a la banda (de ahí además proviene el nombre actual de la banda) que dio lugar a la llegada, justamente, del tema “Heaven and Hell”, con una sección rítmica improvisada y un solo prolongado que logró uno de esos típicos climas que muchos músicos prenden lograr cuando salen a tocar pero que en definitiva muy pocos consiguen. Se despidieron entre ovaciones antes de volver a salir a escena con una parte de “Country Girl” que combinaron inmediatamente con la demoledora “Neon Knights”, para un final a todo volumen.

Para resumir, fue un show conciso, muy prolijo y llevado adelante con profesionalismo. La lista de temas fue simplemente excelente y mantuvo prendida a toda la audiencia presente en el Luna Park. La presencia en escena de los músicos, en especial la del lider de la banda Tony Iommi, imponía respeto, y las partes vocales fueron llevadas adelante por Dio con la maestría que lo caracteriza. Como era de esperarse simplemente genial.

Para darle color a la nota solo me resta agregar que en algún momento de la noche me encontré parado detrás de un joven de unos 17 años, el cual agitaba sus brazos con ímpetu y energía, pero de una manera inusitada, casi robótica, llevando los brazos muy hacia atrás, este hecho provocó en mi cierta molestia al punto que por un segundo fantasee con propinarle un pequeño golpe hasta que caí en la cuenta que, después de todo estaba en un recital de Heavy Metal y estas cosas son de esperarse, así que simplemente dí un pequeño paso al costado y problema resuelto, ganó la paz. No recuerdo haber tenido este tipo de pensamientos en recitales previos, ¿será que quizá me están pegando los años? Debo decir que en mi opinión puede que no exista otra explicación posible (mensaje personal: ¡Cris deja de reírte!).


Formación de la banda:

Ronnie James Dio – Voz

Tony Iommi – Guitarra

Geezer Butler – Bajo

Vinnie Appice - Batería


Lista de Temas:

01 - E5150 (Intro)
02 - The Mob Rules
03 - Children of the Sea
04 - I
05 - Bible Black
06 - Time Machine
07 - Vinny Appice Drum Solo
08 - Fear
09 - Falling off the Edge of the World
10 - Follow the Tears
11 - Die Young
12 - Heaven & Hell
13 - Country Girl / Neon Knights


¡Hasta la próxima!


viernes, 17 de abril de 2009

Para comenzar...

Letra del día:

“Everybody's got to live together
All the people got to understand
So, love your neighbour
Like you love your brother
Come on and join the band

Well, all you need is love and understanding

Ring the bell and let the people know
We're so happy and we're celebratin'
Come on and let your feelings show”

(Roger Glover And The Butterfly Ball)



Este blog esta dedicado, como podrá dejarlo adivinar el titulo, a la música. Pero también habrá ocasionalmente alguna entrada referente a otros tipos de arte como la literatura y la pintura ya que éste esta relacionado en todas sus formas.

No me considero un crítico, de hecho estoy seguro que no lo soy, por lo que los post no van a reflejar otra cosa que una modesta opinión personal. El lector decidirá si esta de acuerdo o si estoy o no en lo cierto en mis escrituras.

Para comenzar, creo conveniente hablar un poco sobre mí y de mi relación con este arte tan hermoso que es la música, no por una cuestión de ego sino para que sepa de cierta forma quien es esta persona que le escribe y tal vez pueda juzgar así de mejor forma mis futuras opiniones y conclusiones.

Soy un músico de la ciudad de Rosario, Santa Fe. Tocó la batería y algo de percusión así como también tengo conocimientos básicos de guitarra, bajo y teclado. Estoy tocando actualmente en una banda y he sido miembro de algunas otras.

Debo aclarar que no soy un músico profesional, no vivo de la música, tengo un trabajo que paga mis gastos al igual que muchos otros músicos de esta ciudad y de muchas otras. No me considero tampoco un gran músico, sino uno pequeño de esos que también hay tantos.

Mi primer recuerdo sobre la música, que yo recuerde, fue a mis 9 años. En ese entonces comencé a escuchar radio, más para tener algo más que compartir con mis amigos de esa época que por verdadero interés. Vienen a mi memoria las canciones que sonaban en ese momento, como por ejemplo “Lamento Boliviano” de los Enanitos Verdes, “El León” de los Fabulosos Cadillac y “Selva” de La Portuaria. También recuerdo que el primer disco que escuche íntegramente de principio a fin fue “El Amor Después Del Amor” de Fito Paez, preciada posesión de Federico, uno de mis hermanos, mayores todos ellos.

A mis doce años tuve mi primera PC y con ella llegaron para mí los mp3, una gran novedad en ese entonces. Se fueron sucediendo discografías, primero la de los Beatles, luego vinieron Yes, Genesis, McCartney y otros; influenciado esta vez por Alejandro (otro de mis hermanos). En verdad al principio escuchaba las canciones de estas bandas con algo de desinterés pero eso cambio cuando entrados mis trece años llegaron a mis manos los discos de Pink Floyd y fue como el amor a primera vista. Honestamente en un principio no entendía nada de lo que decían las voces cuando cantaban, y eso me empujo a aprender inglés (dicen que el amor nos empuja a mejorarnos), una materia en la que hasta ese momento no me iba muy bien que digamos en la escuela; pero había algo en el sonido de la guitarra de Sir Gilmour que me tocó un nervio sensible y a partir de ese momento me he dedicado a escuchar más y con más atención. Fue así que llegué a conocer a Clapton, B.B.King, Peter Gabriel, U2, The Rolling Stones, Hendrix y muchos otros, casi siempre dentro de los géneros de blues y rock. De vez en cuando se presentaba alguna excepción, como por ejemplo la “overtura 1812” de Tchaicovsky (todavía hoy una de mis piezas clásicas favoritas) o “Take Five” de Dave Brubeck.

Pasaron los años y “mi repertorio” empezó a incluir algo (muy escaso en realidad) de música latina (básicamente “Pedro Navaja” de Ruben Blades más alguno que otro tema suelto), un poco de reggae (UB40, Marley, etc…), y un poco de soul (por ejemplo Aretha Franklin). Sin embargo no preste demasiada atención a estos estilos sino más bien fui sintiendo cierta inclinación hacia el rock algo más pesado, comenzando por Van Halen.

Luego de frustrarme de mi intento de convertirme en oficial de Fuerza Aérea (de donde venían estos deseos tal vez lo explique en otra ocasión), y estando muy deprimido por esto; sentí la necesidad, tal vez, de revelarme. Por eso me apoye definitivamente en la música. ¿Y que mejor música para hacerlo y descargar frustraciones que el Heavy Metal?... bueno, creo que ninguna mejor, porque me funciono de mil maravillas. Primero fueron Almafuerte, Hermética y otras bandas de metal nacional, luego fueron Metallica, Iron Maiden, Megadeth, Judas Priest y muchas otras. Por un tiempo corto dejé de lado los demás estilos musicales a los que alguna vez fui adepto, hasta que por fin conocí las que ahora junto con Pink Floyd son mis favoritas; ellas son Black Sabbath, Deep Purple y Led Zeppelin. Gracias estas bandas, más abiertas musicalmente que las bandas que mencioné antes volví de a poco a incorporar el Blues, así como también Rock clásico, Funk, Jazz, Soul, R&B, Reggae, British Pop, música Celta y Clásica. De a poco comencé a amar verdaderamente la música.

A lo largo de todos esos años tuve la suerte de tener gente cerca que me brindó su conocimiento, como lo hicieron primero mis hermanos, luego lo hizo Gerardo, mi profesor particular (primero de guitarra y después de música en general), que aunque el tal vez no lo sepa me introdujo aunque sea levemente en el Folklore y el Tango y un poquito más a la música latina. Él además es manager de Luis Salinas (de quien ahora soy gran admirador) y me llevó a trabajar como “plomo” en los teatros, donde tuve la oportunidad de conocer a grandes artistas. Al mismo tiempo, “me dedique” a asistir a cuanto recital fuera posible, comenzando por uno de León Gieco en 2001.

Actualmente, gracias a algunos compañeros de trabajo, que tal vez tampoco lo sepan, me introduje un poco más aún dentro del Tango (Cesar), el Jazz (Daniel) y la música latina (Gaby). A todos ellos que sin saberlo me empujaron a conocer más: ¡gracias!

Y gracias también a mis grandes amigos, fieles todos ellos: Anibal (quien me ayudo a grabar mi primer cassette compilado); Laureano, Juan Pablo, Mauro, Grego y Mariano (mis compañeros rockeros); Natalia (mi amiga del alma, mi hermana), Melisa, NatyElA, Cris, Choffi; Florencia y Francisco (recuperate!); a Juan Manuel, a Nico; a la gente del trabajo: Leo, Vir, Nel, Charly, Ciro, July, Leandro y Gus; a mis compañeros de banda: Marco, Say y Sergio, y a muchos más.

En fin, esa es mi relación con la música. No estoy seguro de que a esto lo vaya a leer alguien, pero si estoy seguro que amo la música, que me apasiona la literatura (pasión que redescubrí recientemente), que me gusta la fotografía y la pintura y que ahora, además de músico… soy Blogger.

¡Hasta la próxima!