domingo, 21 de junio de 2009
Un pequeño paseo
Esta tarde sentí repentinas ganas de salir a dar un paseo. Pensé en caminar en dirección hacia el centro de la ciudad, como tantas veces antes supe hacerlo; de hecho es casi un hábito cada vez que pretendo usar un tiempo para pensar sin permanecer encerrado a oscuras en mi habitación como si fuera una especie de ermitaño. Me levante de mi sillón, cambie mi calzado, tomé un abrigo y salí con prontitud sin olvidarme de llevar conmigo mi reproductor de mp3 con algo de música para escuchar en los momentos que mi mente se dignara a tomar un pequeño descanso. Comencé a caminar con paso firme por calle Córdoba, sin prestar demasiada atención al mundo que me rodeaba, como si estuviera ausente. Traté de pensar en cosas agradable y así distraerme de los problemas. Pensé en el fin de semana por venir, donde iría y con quien; en reunirme con amigos y jugar algún partido de futbol; pensé en ella y me sentí desgraciado, me concentré en la música, y el ritmo del Jazz produjo que se me escapara una pequeña sonrisa; cavilé un momento y me imaginé de pronto yéndome de vacaciones en el verano, aún lejano. Cuando al fin parecí notar el mundo que me rodeaba me dí cuenta que ya estaba cerca del centro y apuré un poco el paso como si me encontrara cumpliendo alguna especie de misión urgente. Al pasar frente a las puertas de un centro comercial tuve que efectuar maniobras evasivas para evitar chocar contra la gente que entraba y salía, en ese momento recordé que era viernes a la tarde y que las calles peatonales iban a estar repletas, aún así decidí seguir adelante, al fin de cuentas no me dirigía a ningún lado en particular a encontrar a alguien en medio de aquel gentío ni a hacer filas en cualquier local. Pasé de largo una canción que me aburría mientras entraba a la peatonal, mis ojos se clavaron en una mujer bella que devolvió la mirada, sonreí, sonrió, pero no reaccioné a tiempo y el momento para hacer algo pasó de largo junto con ella; igualmente no me sentía con ánimos. Llegué hasta una reconocida disquería y me tome unos momentos para observar la vidriera y ver si existía en la misma algo que me interesara; entre al local buscando nada en especial y comencé a pasar los discos de las bateas, esta canción me gusta mucho y subí el volumen, recordé a la mujer bella, sus ojos, pasé más discos; volví a pensar en ella, esta vez con melancolía, y en mi rostro se dibujo una pequeña sonrisa, y al momento, una vez más, volví a sentirme desgraciado. Me dí cuenta en ese momento que no importaba que tan lejos caminara o que tanto intentara distraerme, algunos pensamientos están ahí para acecharnos como un cazador acecha a su presa. Decidí volver a casa.
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EL cuento es ficción salvo x el paseo en sí. Aclaro por las dudas porq' ya me preguntaron jaja
ResponderEliminarno se porq.. pero a mi no me convence para nada eso del cuento - ficcion.. no por lo de la mujer q se te cruzo en el camino...
ResponderEliminarsino porq no crea q sea ficcion esto :
"...pensé en ella y me sentí desgraciado, me concentré en la música..."
emmm... no entiendo xq no, de hecho lo es xD
ResponderEliminarmuy de acuerdo con la chishu!!!
ResponderEliminarte conosco mascarita!!
Che está muy bien el relato. Seguí así.
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